Descripción del producto
El Madroño preferido por todos los madrileños, debido a la emblemática escultura situada en la castiza Puerta del Sol de Madrid.
Este simpático árbol perennifolio de bajo porte, raramente supera los 6 metros. Los ejemplares viejos suelen tener troncos cortos, a veces retorcidos, y con una corteza que se desprende en tiras. Ampliamente disperso por toda la Península y Baleares. En el interior, falta en las zonas más deforestadas, sin embargo es abundante en las laderas meridionales de Gredos y de la Sierra de Gata, Montes de Toledo y Sierra Morena. Se distribuye por buena parte del S y O de Europa, N de Africa y Oriente Próximo.
PERÍMETRO DEL TRONCO DEL MADROÑO
El madroño posee hojas coriáceas de 6 a 10 cm de longitud, simples, pecioladas, alternas, lanceoladas, agudas, de borde serrado; verde oscuras y brillantes por el haz y algo más claras por el envés.
Flores en grupitos colgantes que tienen las ramillas de color rojizo. La corola es blanca (aunque existen raros ejemplares que la tienen rosada), parecida a una olla: panzuda y con una pequeña boca en el extremo que lleva un pequeño reborde vuelto hacia fuera. Dentro van 10 estambres de filamentos blancos y pelosos y anteras rojas provistas de dos finos apéndices. Ovario verrucoso que nace sobre un disco de color verde intenso.
El fruto maduro es una baya redonda fácilmente reconocible, de superficie rugosa, roja por fuera y amarilla en la pulpa, y de unos 7-15 mm de diámetro.
La floración tiene lugar a finales de otoño y en el invierno, coincidiendo en el tiempo con la maduración de los frutos procedentes de flores del año anterior. Un manjar para gran número de aves y pequeños mamíferos.